«Es duro fracasar, pero es todavía peor no haber intentado nunca triunfar.»

– Theodore Roosevelt –

Hoy es otro de esos post que se salen un poco del tiesto. Escribo desde Varsovia y viajar siempre me hace darle vueltas a las cosas así que dejaré lo concreto de nuestra aventura para escribir una reflexión que me he estado haciendo últimamente. A veces la gente me dice: «Qué cojones tienes para montar esto». Yo lo pienso, le doy alguna vuelta y me quedo pensando que cojones tenía mi abuelo, que yo no me estoy jugando nada aparte de tiempo ( y probablemente también algo de dinero).

Mi abuelo era catalán. Era catalány se fue de viaje de finde curso al país vasco durante la universidad. Estando por allí conoció a una chica vasca que le encantó y entiendo que fue capaz de que le hiciera algo de caso. Como lo vemos ahora, desde nuestra persepectiva de millenials, fue lo que se podría calificar como una bonita historia de verano. Una historia donde disfrutas como si cada día fuese el último ya que has empezado con un final marcado. Un feliz recuerdo para tu vuelta a la vida real. Sin embargo para él no fue eso, después de volver a Barcelona se lo pensó mejor, volvió a buscar a la vasca y le pidió que se casase con él. Sin whatsapp, sin facebook, sin tonterias. Me gustas y quiero pasar mi vida contigo, ESO son cojones.

La chica, por alguna extraña razón, le hizo caso y con el tiempo se convirtió en mi abuela. Sin embargo mi abuelo seguía lanzado, había encontrado la mujer de su vida e iba como un cohete a seguir quemando etapas. 1,2,3, 4… 8 hijos tuvieron mi abuela y mi abuelo y mientras iban naciendo sus hijos, ¿mi abuelo qué hacía? emprender, emprender de un sitio a otro. Fallar y levantarse. Cerrar en una empresa en un sitio para abrir otra en el siguiente. Barcelona, Madrid, Ponferrada… ESO son cojones

«Continuamente sigo adelante y adelante para aprender sobre mis propias limitaciones: las físicas, las psicológicas. Es una forma de vivir para mí.»

– Ayrton Senna- 

Mi abuelo murió cuando mi madre aun tenía 13 años. Mi otro abuelo era agricultor en un pequeño pueblo perdido de Castilla y cuando conoció a mi abuela también le invadió una fiebre reproductora sin pensar demasiado a fondo en el futuro. Tuvieron 6 hijos de los que sobrevivieron 5 a los que sacar adelante en unas condiciones precarias y aún así eso no les impidió soñar.  Aunque no llamaría soñar a algo que pasó a ser convicción: Todos sus hijos iban a estudiar una carrera, esa era la manera de salir adelante, esa era la manera de que tuviesen una vida mejor. Y les tocó hacer sacrificios, y les tocó irse a Madrid y alejarse de todo lo que habían conocido. Les tocó empezar de cero en un sitio que no era el suyo cuando en el pueblo lo eran casi todo. De nuevo, ESO son cojones.

¿Qué he hecho yo?, Yo no he hecho nada. He tenido todas las facilidades del mundo para estudiar, para viajar, para equivocarme, para  aprender… y ahora lo que he hecho es dar un paso hacia dónde quiero estar. Quería un puesto de limonada y he preguntado dónde están los limones, poco más. El otro día defendía delante de un buen amigo con unas cervezas como testigos que lo que le está pudiendo a nuestra generación es el mar de alternativas en el que estamos envueltos y el difuso concepto de éxito. Es el mejor momento de la humanidad para poder hacer cosas desde cero, nunca había estado tan a nuestro alcance, y eso abruma. Hay tantos caminos que sabes que elegir uno es renunciar a muchos otros. Otros que tienen luces y música, chicas guapas anunciándolos y una promoción del 20%. Así que decidimos darle otra vuelta, esperar un poquito, pasar otra ronda. Sería de tontos equivocarse por precipitarnos cuando es el Mejor momento de la humanidad, pensamos. Mientras tanto seguimos nuestra vida y nos van vendiendo diferentes modelos de éxito que no sabemos bien qué significan ( probablemente ni nosotros ni ellos). Dinero, mujeres, fama…

Así muchas veces se nos pasa la vida, viviendo vidas que no son la nuestra esperando el repoker de ases para empezar a jugar. Yo hasta ahora lo único que he hecho es crecer haciendo que el abanico de opciones siguiese siendo grande. Hice un buen bachillerato para entrar en una buena universidad que me permitió ir al extranjero y encontrar una buena empresa. Una empresa que me ha permitido tener una buena progresión, un buen salario y una buena formación. Lo mismo con el resto de cosas importantes, joder cómo decidir estar con una chica para siempre con la de oportunidades que hay. De momento lo único que he hecho de cierto mérito es no cagarla demasiado y seguir teniendo todas las opciones del mundo abiertas . Así que no, ESTO NO ES echarle cojones. Esto es reconocer que si he venido a jugar al mus tengo que envidar, que si no debería haberme quedado en casa.

Rafael Hythloday

P.d: Este post se llamaba Cutting the downsize pero me he venido arriba y lo tendré que dejar para el siguiente( porque tiene que ver con lo de los cojones).


Comentarios

Una respuesta a «Echarle cojones»

  1. Lo que estás haciendo tú…., es ECHARLE COJONES……….